martes, 13 de abril de 2010

Fin de la dictadura




Manifestación de las Madres de la Plaza de Mayo.
Cuando comenzaron a reunirse eran un grupo pequeño de Madres. Posteriormente creció hasta ser habitualmente de 300 a 400 Madres los jueves en la plaza, incorporándose los padres, hermanos, esposas, hijos, nietos de los desaparecidos y fueron formándose grupos de Madres en el interior del país. En 1980 adquieren una sede social, dejando atrás las reuniones en sus casas particulares, gracias a una donación de SAAM (Asociación Holandesa de Mujeres que se había constituido para ayudarlas). La presidente de la fundación, Hebe de Bonafini, expresó al respecto:
tal vez la que marcó fue lo que te digo ahora, que las mujeres holandesas se comunicaran con nosotras ni bien nos vieron dar vueltas, esa vuelta que nadie conocía y ya tenía más de un año.[1]
luego [tuvimos] otra [casa]en Hipólito Yrigoyen 1442, y empezamos a crecer, nos regalaban cuadros, esculturas, cartas y miles de poemas y guardamos todo, desde el 30 de abril de 1977, todas las cartas que nos mandaron y mandamos; no existía internet, todo escrito a mano.[1]
Desde 1981 se realizaron las Marchas de la Resistencia , una serie de manifestaciones públicas anuales organizadas con el fin de reclamar por la vigencia de los derechos humanos. Las mismas constituyeron una enérgica reacción popular contra el Proceso de Reorganización Nacional, y su terrorismo de Estado. La presidente de la fundación, Hebe de Bonafini, expresó al respecto:
En 1981, la primera Marcha de la Resistencia. Discutida, nadie quería poner la palabra "resistencia", estaba la dictadura, era temerario hablar de "resistencia" (...)Hicimos la primera Marcha; en la noche quedamos sólo setenta Madres, solitas. Acompañadas de los nuestros, de esos hijos que empezaron a habitar la Plaza desde el 30 de abril, y la habitan cada jueves y cada marcha. Al otro día vinieron la gente, los organismos, las organizaciones, a acompañarnos, y a las tres y media, como correspondía, la cerramos. Y hoy la Marcha de la Resistencia es esperada cada año y cada año es más fuerte y más linda para festejar.[1]
En 1982 la junta militar reconquista las Islas Malvinas después de 149 años de ocupación británica, lo que distrajo la atención de la crisis económica a este hecho. La presidente de la fundación, Hebe de Bonafini, expresó al respecto:
En 1982, la guerra de las Malvinas y, entre medio, marchas, represión, cárcel, empezamos a visitar a los presos políticos en las cárceles. Un día, les llevamos cuarenta claveles rojos para que le dieran a sus madres el día antes del Día de la Madre. Y la guerra de las Malvinas donde las Madres tuvimos una posición muy dura: Rechazo a la guerra. "Las Malvinas son argentinas, los desparecidos también" dijimos en aquel momento, querían que fuéramos a tejer al Obelisco, rechazamos la guerra porque era otra muerte fabricada por los militares, infierno para un montón de pibes que fueron creyendo que salvaban a la patria, y que están olvidados, sin trabajo, tirados por ahí. Pero nosotras también los recordamos siempre, y los que murieron también están aquí.[1]
Finalmente en 1983 se anunció la convocatoria a elecciones generales, que permitiría la reapertura democrática del país. La presidente de la fundación, Hebe de Bonafini, expresó al respecto:
En 1983 empezamos a recorrer todos los partidos políticos con un documento. Los partidos que habían quedado en la heladera durante todo este tiempo se estaban preparando, venía la época en que habría elecciones, les pedíamos entrevistas y no nos daban. Habíamos hecho un documento muy duro a Alfonsín, porque le entregó la banda Bignone y Bignone era un asesino, un dictador, y sin embargo Alfonsín quiso que él le pusiera la banda presidencial.

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